EL CINE


No soy cineasta, pero estoy obligado a abstraer y a observar panorámicamente, es mi trabajo. La sensación de pensar en cine ha nacido tras ver cómo en los festivales y congresos se habla de todo menos de cine. Los estudiantes solo tienen en la cabeza la idea de cómo harán para meterse en ese circuito y darle sentido a su carrera profesional, ocupar un lugar en ese espacio. Los distribuidores solo piensan en sus salas y en el hecho de que las golosinas son realmente lo que mantiene su negocio. Los actores necesitan sus premios, proyectarse a Hollywood y a festivales internacionales. Los directores no tengo idea en qué piensen, quiero creer que se preguntan cada día como hacer para no ceder demasiado al mercado y permanecer aun así con cierto prestigio. En fin.

Si quitamos todo eso la pregunta es ¿Dónde está el cine? ¿Qué diantres es el cine? Cuando uno se da cuenta que ni los premios ni los festivales responden a estas preguntas queda la sensación de que falta algo, falta pensarlo y abstraerlo.  

El cine es difícil de abordar, es relativamente poca la gente que lo piensa. Es amplio, diverso y no todas sus cualidades se encuentran en la búsqueda de un cine de vanguardia, es a veces hasta difuso. Tiene en cierta forma algo parecido a la música. Decir que a uno le gusta el cine significa una gama de cosas, nunca una sola. En este medio casi todos somos consumidores, hay poca gente inmersa en su trama y sin embargo, es demasiada como para dejar  toda la responsabilidad y el crédito en un autor.
Isabelle Huppert
 en La pianista 
Lo primero que hay que hacer es no considerarnos cinéfilos eso es más bien un cliché, no todo el cine comercial es malo ni todo el cine de autor es bueno y por otro lado uno casi del diario puede encontrar producciones de las que no había escuchado. Hay que abordarlo críticamente y esto es difícil porque siempre estará unido a una experiencia estética, a veces solo hay un “me gusta” o “no me gusta”, por las razones que sea, pero esa cualidad que se manifiesta al momento de salir de la sala o al ver los créditos de un DVD, o un avi para el cual se ha tenido que buscar un subtítulo que sincronice, es decir, la decisión que sucede al final de toda esa dinámica que hace posible que veamos un film de principio a fin y que nos lleva a buscar más obra de su director, guionista o sus actores, está dada en esa reducción a lo que me ha enganchado de esa obra, es una cualidad ambigua. Esa cualidad sostiene la industria del cine, y no sé si se está entendiendo mi intención, pero es un asunto estético.

Fuera de las sinopsis clásicas, es la única manera de abordar el cine como arte, a través de la Estética. Suena muy abstracto pero es todo lo contrario, hay que llegar humanamente al cine, con “esto” que soy.   

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